Siempre que cuento algo del Apoyo Escolar digo "mis chicos", como si fueran míos, porque quizá en algún punto siento que me pertenecen. Es esa manía mía de apropiarme de las personas, de sentirlas mías, que me lleva a tener en mis manos demasiada RESPONSABILIDAD. En este camino perdimos y ganamos. Ganamos por cada pibe que hoy vemos sonreir. Perdimos a cada pibe que no pudimos anotar, o aquellos que no pudimos contener. Al fin y al cabo los caminos son así, lo importante es que todas estas perdidas y ganancias me han fortalecido para seguir adelante.Por eso decidí contarles algo de "mis chicos":
Mis chicos conocen cada una de estas calles, cada persona, cada rumor.
Esconden en sus miradas y sus pequeñas manos historias duras.
Ellos NO saben leer tan bien, ni dividir por dos cifras como tampoco saben si HOY habrá comida en casa.
Saben que cuando no hay nada, tendran que cuidar a sus hermanos porque sus padres iran al "mercadito", ese lugar que antes llamaban "la quema" y que en realidad es un basural.
Mis chicos van jugando en la calle, para olvidar quizá que en casa los espera un padre borracho, un ambiente de violencia o un plato vacío.
Concurren a TODOS los comedores que existen y son fieles de varias religiones, depende que día sea y si ese lugar es cálido, o simplemente si dan algo para comer.
Son un poco reacios al afecto, pero cuando confian en alguien inmediatemente ofrecen su corazón, su sonrisa, un comentario o un chiste.
Ellos estan aprendiendo que tienen derechos y obligaciones, y a la vez descubren que su situación sería diferente si aquellos que nos gobiernan garantizaran trabajo a su familia, mejor educacion y salud. Ellos se enojan, es duro no poder acceder a los culpables, por eso a veces culpan a otros que se encuentran mejor , pero de a poco van entiendiendo ESO que nadie se anima a explicar.
Mis chicos esperan que esos caminos posibles de los que siempre les hablo un día se abran...
PUEDO mostrarles lo mejor,
PUEDO confiar en que tiene la posibilidad de llegar más lejos que lo que los demás creen
PUEDO contarles la verdad.
PUEDO invitarlos a SOÑAR
PUEDO escucharlos cuando su realidad es triste
PUEDO festejar sus logros
PUEDO leerles un libro, enseñarles una canción.
Aún asi soy conciente de que mi "puedo" tiene límites y que NO dependera tanto de mí que el Estado, la sociedad o quien sea les abra una puerta. Pero me lleno de alegría el sólo hecho de saber que CREO en mis chicos. Y eso es fundamental para seguir y sobre todo para VIVIR.
YANINA
¡Hasta la próxima!
